lunes, 13 de abril de 2009

En recuerdo de la segunda República que duró poco pero dejó huella

14 de abril de 1931, día de júbilo y esper4anza para la mayoría de los españoles de la época, España era republicana y no era solamente cambiar un gobierno por otro como pasa ahora, sino dar un giro de 180 grados a todas las estructuras del país.

Suponía hacer realidad el sueño de los jornaleros del campo que la tierra que ellos trabajaban con sus hazas, no fuera propiedad de los terratenientes sino de quien la trabajaba.
Suponía que la educación no fuera privilegio de las clases pudientes que las escuelas, institutos y universidades se abrieran para los hijos de los trabajadores.

Suponía para las mujeres: conquistar el derecho al voto, lo que nos hacía ciudadanas, en igualdad de condiciones con los hombres.

Suponía que se empezara a contemplar para acabar completando que el trabajo en igualdad de condiciones fuera remunerado en la misma medida para hombres y mujeres, que toda clase de trabajo fuera dignificado. Que las escuelas fueran laicas lo que no significaba que se prohibiera la religión, pero fuera de la escuela, en las iglesias, que esta no tuviera tanto poder y manipulara a la gente sobre todo a las mujeres enseñándoles a ser recatadas, sumisas, resignadas y aceptando de buen grado el poco reconocimiento de sus valores y la dependencia del hombre que durante siglos padecía.
La Segunda República suponía tanto para la inmensa mayoría del pueblo español, y se había conquistado sin sangre a través de las urnas como seres civilizados, que nos creamos y pensamos que a partir de ahí todo fuera fácil, que equivocación las fuerzas reaccionarias y fascistas, incluida la iglesia, cortaron de raíz aquella incipiente esperanza, desencadenaron una cruenta guerra con un final que no trajo la paz sino la victoria de los golpistas, durante 40 años el pueblo español sufrió toda clase de injusticias fusilamientos, encarcelamientos, falta de libertad en todos los conceptos.

Con la democracia tenemos alguna de las reivindicaciones que entonces se pedía pero todavía hay tantas pendientes que habrá que seguir luchando por conseguirlas, y que los valores republicanos se vayan abriendo paso poco a poco con la certeza que un día los ciudadanos españoles celebraran la Tercera República.

Ana Claro
Asociación de Mujeres Marianne

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